Cuando nos sentimos presionados por
ser los mejores y no podemos alcanzar esa meta, es fácil experimentar
sentimientos de fracaso, ansiedad, depresión, baja autoestima y problemas de
relación con los demás.
La presión de querer ser el mejor
en todo puede ser abrumadora y puede interferir con la capacidad de una persona
para disfrutar de la vida y tener relaciones saludables.
Los comportamientos relacionados con querer ser el mejor pueden
estar relacionados con las diferentes formas de apego en la infancia. Los
estudios sugieren que los niños que experimentan una falta de apoyo emocional y
afectivo en la infancia pueden ser más propensos a desarrollar una mentalidad
de "tener que ser el mejor" en la vida adulta.
La psicoterapia puede ser una
herramienta útil para trabajar con los pacientes que tienen una necesidad de
ser el mejor en todo. En la terapia, el paciente puede explorar los patrones de
apego en su infancia y cómo pueden haber contribuido a su necesidad de ser el
mejor en todo.
Desde la terapia EMDR, se puede
trabajar con estas personas que no logran regularse emocionalmente. La
finalidad es identificar las experiencias del pasado que pueden haber llevado a
la creencia de que es necesario ser el mejor en todo. Estas experiencias pueden
haber sido traumáticas o simplemente experiencias de la vida cotidiana que los llevaron
a sentir que solo puede ser valorado por ser el mejor en todo.
En estos casos la terapeuta de EMDR puede trabajar con la
persona para desensibilizar las experiencias del pasado que llevaron a la
creencia de que es necesario ser el mejor en todo y reemplazar estas creencias
limitantes con pensamientos más realistas y positivos sobre sí mismo. El
objetivo final de la terapia EMDR sería ayudar al paciente a desarrollar una
mayor autoaceptación y confianza en sí mismo, independientemente de su
capacidad para ser el mejor en todo.
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