¿Qué es la depresión?


A lo largo de nuestra vida, todos hemos tenido sentimientos de tristeza o días en los que hemos sentido melancolía, aunque por lo general, son transitorios y pasan al poco tiempo.
A diferencia de estas situaciones, el trastorno depresivo impide el desarrollo de una vida normal, interfiere en el ámbito laboral, social,  y familiar, añadido al  dolor psicológico que siente la persona. De esta forma tanto quien padece la depresión como a las personas allegadas sufren las consecuencias de la enfermedad.
Es un  sufrimiento más común de lo que suponemos y aunque siempre hay quienes consiguen superarla sin ayuda, la mayoría requiere tratamiento, aún en los casos más graves y sin lugar a dudas se mejora con la intervención profesional.




¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas puede variar según la persona.



Síntomas:
  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío
  • Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
  • Sentimientos de culpa, inutilidad y/o impotencia
  • Irritabilidad, inquietud
  •  Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales.
  • Fatiga y falta de energía
  •  Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones
  • Insomnio, despertar muy temprano o dormir demasiado
  • Comer excesivamente o perder el apetito
  •  Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
  •  Dolores o malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.

¿Qué causa la depresión?
No existe una única causa conocida de la depresión. Existe acuerdo en considerar que es una combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicológicos.
En pruebas realizadas con imágenes cerebrales se contrasta la diferencia en la activación de distintas zonas del cerebro, en concreto, las áreas responsables de la regulación del ánimo, del pensamiento, del hambre y del comportamiento.
De igual manera, los neurotransmisores, sustancia químicas presentes en la comunicación de las células, también se ven alterados  en las personas con trastorno depresivo.
En algunos tipos de depresión se sugiere una relación genética ya que se transmite a través de generaciones, incluso algunos investigadores se atreven a lanzar la hipótesis de transmisión de modelos parento filiales aprendidos. Es necesario aclarar que también pueden padecerla personas sin antecedentes familiares. Desde estos modelos teóricos se habla de la convergencia de factores genéticos y ambientales.
Añadir a todo lo referido que los traumas, las pérdidas de seres queridos, las relaciones conflictivas, o situaciones estresantes pueden provocar un episodio de depresión.

Una vez conocida con sus síntomas y causas decir que la depresión es un trastorno tratable, cuanto antes se inicie el tratamiento mayor eficacia se consigue, y más posibilidades habrá de prevenir recaídas.
El primer paso es solicitar ayuda profesional. El médico puede descartar por medio de un examen físico si el origen es una causa médica, como son determinadas enfermedades orgánicas o efectos secundarios a medicamentos.
El profesional de la Salud Mental va a llevar a cabo una evaluación psicológica completa realizando un diagnóstico, a partir de éste se toman las decisiones de tratamiento que requiera el trastorno depresivo.
La psicoterapia ha demostrado su eficacia en el tratamiento de los trastornos depresivos, es la mejor elección en los casos leves y moderados y en casos más graves es conveniente su combinación con medicamentos.

Desde mi labor como terapeuta la finalidad que me planteo es servir de guía y acompañante durante un proceso de recuperación psicológica en el que progresivamente se alcanza la autonomía y la persona con depresión retoma las riendas completas de su vida. La psicoterapia es un andamiaje, el andamio es la base para construir y reforzar las potencialidades de cada persona, de tal forma que nuestra meta es lograr la retirada progresiva de los  apoyos de forma que el edificio se sostenga con firmeza.
Asistir a terapia no es anular las propias fortalezas es tener el arrojo suficiente de pedir ayuda.

NIMH – National Institute of Mental Health

Comentarios

  1. bueno, menos la falta de apetito sexual me pasa todo :)

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    1. Todos en algún momento tenemos alguno de estos síntomas, la diferencia está en el grado en el que afecta o vapulea la vida personal y laboral. En cualquier caso, siempre se puede hacer algo para afrontar lo que nos suceda, con o sin ayuda profesional, muchas personas consiguen que estos síntomas formen parte de su pasado. Si a tí te sucede algo de esto, te animo a que no dejes pasar el tiempo, seguro que lo puedes intentar sólo o acompañado de un buen profesional. Ánimo y suerte!!

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